La ciudad de San Francisco podría ser la primera ciudad en el mundo en regular el reconocimiento facial. Millones de cámaras apuntan en todas direcciones a peatones y empleados, la razón principal es la seguridad, pero a partir de ahí podría darse muchos otros usos.
En la mayoría de ciudades de Europa se requiere «informar» que la cámara está grabando imágenes o que podría aplicar algoritmos de reconocimiento facial. Después de siete manzanas avanzando por la acera, un peatón podría estar en más de 50 cámaras, y el esfuerzo de cuidar sus derechos a la privacidad resultarían muy caros.
Sin la ayuda de reglamentación y el cuidado del gobierno poco se podría hacer desde el sector privado y desde el punto del ciudadano.
Artículo original de Marlon Molina
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